Dios es increíblemente generoso con nosotros, ¡y por eso nos llama a ser generosos también! La forma en que manejamos lo que Él nos ha dado es un reflejo de dónde está nuestro corazón y una poderosa manera de compartir el evangelio. Queremos glorificar a Dios en cada área de nuestra vida, y eso incluye cómo usamos nuestras finanzas para Su obra.